Lejos quedan ya los años en los que los desarrollos animados y la interactividad dominaban Internet. Recuerdo que muchos proyectos de empresas y particulares se realizaban empleando la herramienta de animación de Adobe Flash. Flash se expandía por Internet, y era necesario el reproductor para poder visualizar las películas. Las páginas eran objetos .swf dentro del HTML. El formato generado era propietario, y el código compilado no era «interpretable» (aunque existían decompiladores). Pero llegaron los cambios. Por un lado, Steve Jobs daba su espaldarazo a la tecnología de Adobe al no permitir la reproducción de películas flash en sus dispositivos iPad, iPhone. Además Google pedía que los datos cada vez fueran más estructurados para un mejor análisis, y el SEO comenzaba a liderar los intereses de empresas  y particulares. El posicionamiento comenzaba a serlo todo, por encima del diseño, por encima de la animación. El objetivo era llegar, la visita, la venta, la conversión. Estos factores  sumados a la guerra de los codecs de vídeo hicieron que los proyectos Flash empezaran a quedar en desuso. El responsive, la velocidad de carga, la aparición de CMS como el todopoderoso WordPress, Joomla, Typo, entre otros, fueron minimizando y minando los desarrollos. La animación empezaba a sucumbir. Las webs eran más planas. El empleo de templates en estos CMS, abarataba los desarrollos. El mundo web, comenzaba a tener la misma esencia, la misma forma, el mismo estilo. Estilo Cabecera, sidebar, blog, foot y contenidos en 4 columnas. Estilo Bootstrap y responsive, y animaciones a modo banner, como luce este blog. Sin darnos cuenta, poco a poco, iban despareciendo las webs animadas. El usuario demandaba más velocidad y accesibilidad de contenidos. Cada vez existían más dispositivos y era necesario empezar a trabajar en tecnologías que permitieran ser visualizadas desde cualquier medio. Lejos quedan los proyectos web realizados sólo en

(Más)…