Algunas historias no solo cambian el mundo, sino que dejan un eco imposible de ignorar. En esta entrada voy a dar recuerdo en modo homenaje al gran Alan Turing, el padre de la computación, fue un visionario que salvó millones de vidas, adelantó el futuro de la inteligencia artificial y, sin embargo, murió en el olvido, perseguido por aquellos a quienes había servido. Su vida ha sido un rompecabezas lleno de secretos, genialidad y tragedia, al igual que el logo de una de las empresas tecnológicas más influyentes del mundo: Apple.
La manzana mordida y el último misterio de Turing
En 1954, Alan Turing fue encontrado muerto en su casa. Junto a su cama, una manzana mordida. El informe oficial señaló suicidio por envenenamiento con cianuro, aunque algunos creen que pudo haber sido un accidente. Pero más allá de la causa de su muerte, lo que realmente resulta inquietante es la extraña coincidencia con el logo de Apple.
Muchos sostienen que la famosa manzana mordida es un homenaje al hombre que puso la primera piedra de la computación moderna. Steve Jobs lo negó. Sin embargo, la idea de que Apple lleve en su logo una referencia al precio de la genialidad—el mismo que pagó Turing con su vida—es demasiado poderosa para desaparecer.
El genio que descifró el código del destino
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis usaban la máquina Enigma para cifrar sus comunicaciones, haciéndolas virtualmente indescifrables. Turing no solo las descifró, sino que con su máquina Bombe, acortó la guerra en al menos dos años y salvó millones de vidas.
Sin embargo, su trabajo fue secreto, clasificado. No hubo medallas ni discursos de agradecimiento. Mientras el mundo celebraba la paz, él permanecía en la sombra, olvidado por la historia.
Las máquinas Bombe originales fueron destruidas después de la guerra por razones de seguridad, pero gracias a los planos originales y a historiadores, una réplica funcional fue reconstruida. Hoy, puedes verla en:
- Bletchley Park (Reino Unido): Aquí se encuentra la réplica de la Bombe de Turing, completamente operativa, que fue reconstruida en 2007 para mostrar cómo se descifraban los mensajes de Enigma.
Si alguna vez visitas Bletchley Park, podrás ver no solo una Enigma original (existen varias), sino también la impresionante reconstrucción de la Bombe, la máquina que ayudó a salvar millones de vidas. Un pequeño homenaje a la genialidad de Turing y su equipo.
Décadas después, su historia cobró vida en la gran pantalla con The Imitation Game (2014), protagonizada por Benedict Cumberbatch, quien encarnó a un Turing brillante, atormentado y profundamente humano. La película puso su nombre donde siempre debió estar: junto a los más grandes de la historia.
Newton, Turing y Apple: el enigma del logo
El primer logo de Apple, en 1976, no era una manzana mordida, sino una ilustración de Isaac Newton bajo un manzano, acompañada de una frase del poeta William Wordsworth:
“Newton… A Mind Forever Voyaging Through Strange Seas of Thought… Alone.”
(Newton… Una mente para siempre viajando a través de mares extraños de pensamiento… Solo.)
Quizás sin darse cuenta, Apple había trazado un paralelismo entre Newton y otro genio solitario: Alan Turing. Ambos revolucionaron el mundo, ambos murieron incomprendidos.
En 1977, Apple cambió su logotipo a la icónica manzana mordida, diseñada por Rob Janoff. Se dice que la mordida solo servía para diferenciar la manzana de una cereza, o que era un juego de palabras con “byte”. Pero, ¿y si la historia de Turing había quedado impresa en ese logo sin que nadie lo notara?
La persecución y la injusticia
Turing no murió en el campo de batalla ni a manos de sus enemigos. Fue destruido por su propio país. En 1952, fue condenado por ser homosexual, considerado un crimen en el Reino Unido de la época. En lugar de prisión, se le ofreció una “cura”: un tratamiento hormonal devastador que lo dejó física y mentalmente destrozado.
Lo que la guerra no pudo arrebatarle, la intolerancia lo logró. Dos años después, murió en circunstancias que aún hoy generan debate. El hombre que le enseñó a las máquinas a pensar fue castigado por la sociedad por ser quien era.
No fue hasta 2013 que la reina Isabel II concedió un indulto póstumo, una disculpa tardía para quien ya no podía escucharla.
El padre de la inteligencia artificial
Turing no solo cambió el mundo con su capacidad para descifrar códigos; también sentó las bases de lo que hoy conocemos como inteligencia artificial. Su famoso Test de Turing, diseñado para evaluar si una máquina puede imitar el pensamiento humano, sigue siendo un referente en el desarrollo de la IA moderna. Sin su trabajo, muchos de los avances en computación, aprendizaje automático y asistentes virtuales simplemente no existirían.
Imaginó un futuro donde las máquinas podrían aprender y evolucionar, y aunque no vivió para verlo, su visión se ha convertido en realidad. Cada vez que interactuamos con una inteligencia artificial, de alguna manera, seguimos conversando con Turing.
Un legado inmortal
Gracias a películas como The Imitation Game, el mundo ha comenzado a dar a Turing el reconocimiento que se le negó en vida. Su legado sigue latiendo en cada dispositivo que usamos, en cada inteligencia artificial que avanza y en cada línea de código que hace funcionar el mundo digital.
¿Es el logo de Apple un homenaje a Turing? Tal vez no intencionalmente. Pero la imagen de la manzana mordida sigue ahí, como un recordatorio silencioso de que la genialidad, a veces, tiene un precio.
Tres mentes, tres épocas, un mismo destino: Newton, Turing y Jobs. Todos ellos cambiaron el mundo, y quizá, solo quizá, la mordida en la manzana sea más que un simple diseño. Quizá sea la señal de que algunas historias nunca pueden ser olvidadas.