Actualmente existe una gran demanda en el mercado laboral de conocimiento de aplicaciones que permiten trabajar en equipo y controlar las versiones de los proyectos de desarrollo de software. Lo que se conocen como repositorios y controladores de versiones. Independientemente del sistema operativo que empleemos, el uso de este sistema es elemental. Puesto que nos permite realizar proyectos en trabajo colaborativo. No solamente es necesario conocer un determinado lenguaje para ejercer el trabajo, es preciso también saber la lógica de funcionamiento que emplean estos gestores de versiones. Git es un sistema de Código Abierto u Open Source y además distribuido, que permite administrar el código fuente de proyectos grandes y pequeños. Existen tantos repositorios como usuarios. Cada desarrollador podrá disponer del repositorio en local, en la propia máquina de trabajo. Un control de versiones (SCV) o administrador de código fuente es un sistema que almacena los cambios realizados sobre un archivo o un conjunto de archivos a lo largo del tiempo. Podremos recuperar versiones. Nos posibilita retroceder en el tiempo para corregir, modificar o eliminar, editar cambios en el proyecto. Existen muchas alternativas a GIT, como pueden ser Mercurial, SVN, Darcs, CVS, etc. GIT fue creado por linus Torvarls, el creador del kernel de GNU\Linux. GIT es rápido, ofrece un diseño sencillo, perfectamente válido para proyectos grandes (ejemplo el núcleo de Linux). El sistema de ramas o branches es excepcional. Un SCV nos debe permitir restaurar los históricos de forma sencilla, cada uno de ellos queda identificado con una cadena numerada o ID (HASH). GIT ofrece grandes ventajas para la empresa. Cuando trabajamos en un proyecto empresarial a diario, sin un SCV, los guardados realizados ocupaban más espacio, y duplicaban información, no existe control de archivos, los cambios e información que ha ido agregándose simplemente no se registra. Actualmente este