Hoy 8M, recordamos a Nellie Bly y a todas las mujeres que han cambiado la historia.

En una época que dictaba que las mujeres debían ser sumisas, calladas y conformistas, Nellie Bly se negó a obedecer. En una época donde las oportunidades para ellas eran escasas y sus voces apenas se escuchaban, ella no solo habló, sino que hizo que todo el mundo la escuchara.

No nació con privilegios ni con influencias. Lo único que tenía era su determinación, una pluma y un espíritu que nunca aprendió a rendirse.

Una respuesta que cambió su destino (1885)

En 1885, con apenas 18 años, leyó un artículo titulado “Para qué son buenas las chicas”, donde un columnista afirmaba que la única función de una mujer era cuidar el hogar. No pudo quedarse en silencio. Con rabia y valentía, escribió una carta al periódico Pittsburgh Dispatch, defendiendo el derecho de la mujer a estudiar, trabajar y decidir sobre su vida.

Su carta no solo fue publicada: impresionó tanto al editor que le ofreció un trabajo como periodista. Nellie Bly acababa de escribir su primer gran titular: su propio destino.

El periodismo como arma: denunciando injusticias (1886-1887)

Las mujeres periodistas de su época escribían sobre moda y sociedad. Pero Nellie quería más. Se infiltró en fábricas para exponer la explotación laboral de las trabajadoras y viajó a México en 1886 para denunciar la dictadura de Porfirio Díaz, arriesgándose a la persecución y al exilio.

Pero su misión no era solo informar. Era cambiar el mundo.

Encerrada en un manicomio: una verdad aterradora (1887)

En 1887, decidió revelar un secreto oscuro de Nueva York: los abusos en los manicomios femeninos. Para investigarlo, se hizo pasar por una mujer con problemas mentales y se dejó encerrar en el infame asilo de Blackwell’s Island.

Durante diez días vivió el horror: mujeres golpeadas, torturadas, sumergidas en agua helada, abandonadas en celdas húmedas y forzadas a comer comida podrida.

Cuando logró salir, publicó su reportaje “Diez días en un manicomio”, que causó tal escándalo que el gobierno reformó las instituciones psiquiátricas y se destinaron más fondos para la salud mental. Nellie Bly había logrado lo imposible: convertir la denuncia en acción.

Pero no se detuvo ahí. Aún tenía otro récord por romper.

Dando la vuelta al mundo en 72 días: un desafío a su época (1889-1890)

El 14 de noviembre de 1889, inspirada en La vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne, se propuso hacer lo que ningún hombre ni mujer había intentado: dar la vuelta al mundo sola.

Con solo una pequeña maleta y sin escolta, atravesó océanos, selvas y desiertos en barcos, trenes, caballos e incluso en un elefante. Enfrentó tormentas, retrasos y un mundo que no estaba preparado para una mujer viajando sola.

Cuando regresó a Nueva York el 25 de enero de 1890, después de 72 días, 6 horas y 11 minutos, el mundo entero la recibió como una heroína. Había demostrado que las mujeres podían ser tan valientes, aventureras y capaces como cualquier hombre.

El reconocimiento de una pionera (1894-1998)

A lo largo de su vida, Nellie Bly continuó desafiando los límites, denunciando la corrupción y luchando por la igualdad. En 1894, se convirtió en una de las primeras mujeres en dirigir una gran empresa, al tomar el control de la Iron Clad Manufacturing Company, donde promovió mejoras laborales para sus trabajadoras.

Su impacto fue tan grande que, en 1998, fue reconocida en el National Women’s Hall of Fame, un honor reservado para las mujeres que han cambiado la historia.

Un legado que sigue vivo

Nellie Bly fue más que una periodista. Fue una fuerza imparable en un mundo que intentó detenerla. Se infiltró donde nadie más se atrevía, habló cuando todos esperaban que callara y conquistó lo que parecía inalcanzable.

Su historia nos deja una lección poderosa:

👉 No hay barrera lo suficientemente fuerte cuando una mujer decide romperla.