La informática ha sido testigo de momentos insólitos y curiosos que marcaron hitos en su evolución. A continuación, repasamos algunos de los errores más costosos y las curiosidades más sorprendentes que moldearon el desarrollo de la tecnología.
El primer “Bug” informático El término “bug” para referirse a errores en programas informáticos proviene de un suceso real. En 1947, los ingenieros que trabajaban en la computadora Harvard Mark II encontraron que un fallo en el sistema era causado por una polilla atrapada en un relé. Desde entonces, se popularizó el uso de “debugging” para referirse al proceso de eliminación de errores en los sistemas. La polilla fue retirada y pegada en el registro del equipo como testimonio del hallazgo.
El Y2K y el pánico del fin del Milenio A finales de los años 90, el “Efecto 2000” (Y2K) generó temor a nivel mundial. Se temía que muchos sistemas informáticos dejarían de funcionar al cambiar de 1999 a 2000, ya que muchas computadoras usaban solo dos dígitos para el año. Se invirtieron miles de millones de dólares en la corrección del problema, y aunque se reportaron algunos incidentes menores, el cambio de milenio transcurrió sin mayores catástrofes.
La NASA y el millón de dólares perdido por un punto decimal En 1962, la NASA perdió la sonda Mariner 1 poco después de su lanzamiento debido a un simple error tipográfico: un guion faltante en una línea de código. Este pequeño fallo provocó que la sonda desviara su trayectoria, forzando su autodestrucción. El error costó 18,5 millones de dólares y pasó a la historia como uno de los errores de programación más costosos. Se convirtió en un ejemplo clásico de la importancia de revisar y probar el código minuciosamente.
El Virus que destrozó una Central Nuclear En 2010, el virus Stuxnet, diseñado para atacar sistemas industriales, demostró el poder de la informática en conflictos internacionales. Se cree que fue desarrollado por EE.UU. e Israel para sabotear el programa nuclear de Irán. Stuxnet afectó directamente los sistemas de control de las centrifugadoras, causando su mal funcionamiento y retrasando significativamente el desarrollo nuclear del país.
El caso del Disco Duro perdido con Bitcoins millonarios En 2013, James Howells, un informático galés, arrojó accidentalmente a la basura un disco duro que contenía 8.000 bitcoins, cuando apenas valían unos cientos de dólares. Con el tiempo, su valor se disparó hasta alcanzar cientos de millones de dólares. Howells ha intentado recuperar el disco duro escarbando en vertederos, pero sin éxito. Este caso es un recordatorio de la importancia de hacer copias de seguridad y almacenar datos valiosos de manera segura.
El Error de conversión métrica que costó una Misión Espacial En 1999, la NASA perdió la sonda Mars Climate Orbiter debido a un fallo de conversión de unidades. Una parte del equipo utilizaba el sistema métrico, mientras que otra empleaba el sistema imperial. Como resultado, la nave se desvió y se destruyó al entrar en la atmósfera marciana. Este error de cálculo costó más de 125 millones de dólares y subrayó la importancia de la estandarización en los proyectos tecnológicos.
El Algoritmo de Amazon que subió un libro a un precio de locura En 2011, un libro de biología titulado “The Making of a Fly” alcanzó el precio absurdo de 23.6 millones de dólares en Amazon debido a algoritmos automatizados de fijación de precios entre vendedores. Dos vendedores configuraron sus precios en función del otro, provocando un bucle que infló el precio hasta niveles astronómicos antes de que fuera corregido.
El Día en que Facebook borró el Mundo En 2021, un error en una actualización interna provocó que Facebook, Instagram y WhatsApp quedaran inaccesibles a nivel mundial durante varias horas. Este fallo no solo interrumpió las redes sociales, sino que también afectó a negocios y servicios que dependían de estas plataformas, recordándonos la fragilidad de la infraestructura digital global.
Estas anécdotas muestran que la historia de la informática está llena de momentos inusuales, algunos catastróficos y otros simplemente fascinantes. La tecnología sigue avanzando, pero sin duda nos seguirá regalando historias igual de sorprendentes en el futuro.