No es nuevo afirmar que las TIC pueden ser un elemento de suma importancia en la mejora de la calidad de vida, de la normalización y de la integración social y laboral de las personas. Sin embargo aunque resulte paradójico, si el desarrollo de las tecnologías no tiene en cuenta las necesidades y particularidades de todo el mundo, puede favorecer la aparición de nuevas formas de exclusión social.
Se entiende que un individuo se encuentra en situación de exclusión digital cuando, por varios motivos, tiene dificultades para gozar de determinados derechos que otros individuos de su entorno pueden gozar o que puede desarrollase en las mismas condiciones que ellos y, como consecuencia, se ve privado de ejercer opciones consideradas de gran importancia para su desarrollo humano.
La “brecha digital“ puede afectar a un colectivo que debe superar muchas barreras para incorporar las TIC a su vida cotidiana. Ocurre lo mismo en el ámbito de la educación, en el que las TIC ofrecen muchas posibilidades a los alumnos con Necesidades Educativas Especiales (NEE), siempre y cuando se den las condiciones óptimas para un buen aprovechamiento de las mismas.
Conviene, por lo tanto, hablar de las barreras y de las soluciones necesarias para que las personas excluidas, con pocos recursos, discapacitadas física y sensorialmente, avanzada edad puedan aprovechar las oportunidades o ventajas que las TIC les ofrecen para su educación.
Existen una serie de retos y medidas necesarias a llevar a cabo, muchas de ellas de carácter educativo, entre las que puedo citar:
– Integración del uso de las TIC en el aula para personas con discapacidad, pocos recursos económicos, dentro del proyecto del centro.
– Dotación y fomento de ayudas para la adquisición de equipamiento especifico y ayudas técnicas para el acceso al ordenador por el centro.
– Formación del profesorado, tanto inicial como de perfeccionamiento o actualización, en la que se incluyan contenidos sobre el software educativo para personas con Necesidades Educativas Especiales, criterios de “Diseño para Todos”, ayudas técnicas para acceder al ordenador, pautas de accesibilidad en el diseño de las paginas web y estrategias educativas para el uso de las TIC por alumnos con discapacidad.
– Impulso de la investigación para determinar en que medida y a través de que procedimientos la aplicación didáctica de las TIC a este colectivo mejora su educación.
– Mayor colaboración entre los diferentes grupos de profesionales implicados (profesores, productores de software, directores de centros, etc.) a través de redes regionales y nacionales, así como entre profesionales y padres de alumnos con Necesidades Educativas Especiales.
– Sensibilización de la sociedad sobre la importancia que tiene para este grupo social y para su educación la accesibilidad; impulso de la adopción de los estándares internacionales de la Web Accesibility Iniciative (WAI) y fomento de la cultura del “Diseño para Todos o Diseño Universal”, así como de la investigación de equipos adaptados y ayudas técnicas.
Si no llevamos a cabo dichas medidas existen graves riesgos sociales que pueden aparecer de exclusión social. Esta exclusión generaría problemas colaterales de diversa índole que pueden afectar a un gran colectivo social. El analfabetismo digital genera diferencia social, falta de conocimiento, incompetencia en el desarrollo, graves problemas económicos, falta de recursos y competitividad de mercados.
La exclusión también se caracterizaría por una retirada del mundo laboral, la ausencia de protección social y el aislamiento. Los individuos sufren exclusión social cuando sufren desventajas generalizadas en términos de educación, habilidades, empleo, vivienda, recursos financieros. Sus oportunidades de obtener acceso a las principales instituciones son limitados.
Hoy en día ya existen colectivos en riesgo de exclusión social (sin techo, pobres, parados, etc). La novedad está en que la exclusión digital puede hacer aumentar el número de los que se encuentran en esta situación.
Parece ser que la visión economista y material del fenómeno pobreza y la desventaja social que aborda es un concepto dinámico, mucho más amplio, lo que dificulta la puesta en marcha de políticas preventivas o paliativas de sus consecuencias.
Para finalizar, integrar las TIC en la educación forma parte de los objetivos fijados por los Ministros de Educación de los países de la UE para mejorar la calidad y la eficacia de los sistemas de educación de la UE. Estrategias de intercambio de buenas practicas, de validación de métodos, de formación etc., están ayudando a la puesta en practica de esta objetivo. Sin embargo, en ningún momento se puede olvidar que la educación del siglo XXI exige un sistema adaptado a las demandas de una nueva realidad que evoluciona constantemente y que defiende la diversidad y las características personales del alumnado por encima de todo.
Anexo de humor de la comprensión y conocimiento de este tipo de tecnologías.