Preservar árboles antiguos es esencial por su contribución a la biodiversidad, historia natural y cultural. Actúan como ecosistemas en sí mismos, albergando variadas especies, además de ser testigos vivientes de nuestro pasado. Su preservación asegura el mantenimiento de la salud ambiental, ayuda a combatir el cambio climático y sirve como recordatorio de nuestra conexión con la naturaleza y nuestra responsabilidad hacia la conservación del planeta para las futuras generaciones. En la provincia de Palencia, diez árboles están protegidos como monumentos vivos en el Catálogo de Especímenes Vegetales de la Junta de Castilla y León. Estos incluyen tres tejos, tres robles, un olmo, un pino, un cedro, y una encina. Estos árboles son notables por su porte, tamaño, antigüedad, y en algunos casos, por su asociación con eventos históricos o su significancia científica.
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