La tecnología está llena de paradojas, esas contradicciones que parecen desafiarnos mientras avanzamos en el desarrollo digital. Si Fernando de Rojas nos dejó la historia de Calisto y Melibea, en la que el amor y la fatalidad se entrelazan, en el mundo actual podríamos hablar de un relato sobre la fragilidad y el poder de la automatización en la era de la IA.
La tecnología avanza, pero sus contradicciones nos persiguen como sombras, como un Nosferatu recientemente reeditado. En la literatura, las tragedias clásicas han retratado la fragilidad humana ante el destino. Hoy, en un mundo regido por algoritmos e inteligencia artificial, encontramos paralelismos sorprendentes. ¿Y si La Celestina de Fernando de Rojas tuviera una versión tecnológica?
Calisto murió por una caída trágica, pero en el siglo XXI los desplomes ocurren en los sistemas digitales, colapsando economías, paralizando infraestructuras o dejando a millones sin acceso a servicios esenciales.
Este fenómeno lo hemos visto recientemente, caídas en bolsa por nuevos modelos IA, redes sociales que se apagan o desactivan globalmente, bancos que bloquean transacciones por un error en su sistema, empresas que pierden datos valiosos por un simple bug. La ironía es que, como Calisto, los algoritmos parecen invulnerables hasta que un mínimo descuido los hace caer al vacío, recordándonos que nuestra dependencia de la tecnología y de las empresas que lo sustentan es más frágil de lo que creemos.
Melibea (nosotr@s) pensaba que era dueña de su destino, pero estaba atrapada en los hilos invisibles de Celestina. Algo similar ocurre con la inteligencia artificial, que, aunque cada vez más avanzada, no deja de ser un reflejo de las decisiones humanas. Creemos que la IA toma sus propias decisiones, que aprende por sí misma y que se vuelve autónoma, pero en realidad su conocimiento está limitado por los datos que le proporcionamos y por los intereses de quienes la programan.
¿Quién controla a quién? ¿Es la IA una herramienta o un ente que, como Melibea, descubrirá demasiado tarde que su destino no le pertenece?
Celestina: El mercado tecnológico que nos manipula
En esta versión digital de La Celestina, la vieja alcahueta es el mercado tecnológico, que teje sus redes de control sin que nos demos cuenta. Celestina manipulaba a los personajes con promesas y secretos; las grandes corporaciones, gobiernos (USA, China) hacen lo mismo con nuestros datos, decisiones. algoritmos IA y emociones. Nos venden la promesa de la conectividad total, de la personalización y de la inteligencia artificial “al servicio del usuario”, pero en realidad, somos los protagonistas de una historia cuyo guion no hemos escrito nosotros.
¿Destino Trágico o segunda oportunidad?