En el amplio reino de la tecnología, pocos aspectos resultan tan fascinantes como la capacidad de adaptación del software ante las circunstancias cambiantes. Una de las tendencias más curiosas e inspiradoras en este sentido es el desarrollo de aplicaciones que, al igual que el camaleón cambiando de color para confundirse con su entorno, modifican su apariencia, su comportamiento e incluso su rendimiento para responder a las necesidades de cada usuario y cada contexto. El “código camaleón”: Más que simple diseño adaptable Tradicionalmente, hablar de adaptación tecnológica nos hacía pensar en el diseño responsive, es decir, páginas web y aplicaciones que se ajustan al tamaño de la pantalla del dispositivo. Sin embargo, el “modo camaleón” va mucho más allá. Gracias a la inteligencia artificial y el machine learning, estas herramientas pueden aprender de la forma en que interactúas con ellas, analizando no solo el tipo de dispositivo (móvil, tablet, portátil o televisor inteligente) sino también factores como la velocidad de tu conexión, tus horarios de uso, tu patrón de navegación, e incluso tu estado de ánimo, deducible mediante análisis de texto o señales biométricas en futuras aplicaciones.