Estoy pensando que …
Vivimos en la era de la información, cada vez más conectados, cada vez más pendientes de nuestro Smartphone y dispositivos digitales, de las redes sociales. Es algo innegable y más que evidente. Un avance evolutivo.
Recientemente leí un estudio en el que se atribuía a un 85% de las personas, sobre todo jóvenes, que a diario usan Whatsapp o emplean redes sociales, una especie de dependencia, una nueva adicción. Solamente un 15% de estos ’Teeneagers’ (y creo que se quedaron algo cortos) no quieren saber nada de whasappear, de encontrarse online y operativos, sólo unos pocos elegidos están dispuestos a cambiar su Smartphone por otro no tan “inteligente”, y luchar contra este cambio social de difícil retorno. De hecho, recientemente están saliendo al mercado terminales específicos para este tipo de personas, no sé si al final venderán muchos. Que sufran o no discriminación se lo dejo en manos de psicólogos o entendidos de la materia gris. Yo me considero por suerte o por desgracia dentro de ese porcentaje que lo utilizan a diario.
Como anécdota, no sólo las conexiones se están saturando, algunos hospitales se están llenando de pacientes que sufren lo que se conoce como “Whasappitis”, enfermedad que produce una inflamación del tendón, debido a su uso excesivo con el smartphone. Tiene tela la cosa. Además me temo que no sólo aparecerá esa enfermedad, sino muchas otras más de las que todavía no somos muy conscientes de su estado, no se han estudiado o analizado suficiente, que afecten tanto a la parte física (dolores de cuello, visión, espalda,..) como la psíquica (nomofobia, ciberadicción, ciberbulling, etc).
También han existido un aumento en los accidentes y atropellos debido a que casi todos sufrimos de esguince en el cuello, y no miramos al cruzar, por ejemplo, al pasar un paso de peatones; no nos fijamos en el que viene para más INRI haciendo lo mismo. Los que no hacen esto, cuando llegan a su destino caminando, y les toca esperar, sacan el teléfono de su bolsillo y a evadirse un rato, si no es así, fijaos para cercioraros de esta realidad.
Hemos perdido capacidad conversacional y seguramente emocional.
Hemos dejado de lado lo que definiría como “La sociedad valores analógica” a paradójicamente lo que se conoce como “sociedad de valores digitales”. Son otro tipo de relaciones, supuestamente no empatizado el posible menosprecio a la persona que tenemos alrededor, que conocemos, que saludamos, en beneficio de la persona que estamos chateando. En fin.
Leer más…